“Hoy más que nunca estamos convencidos del rumbo que hemos tomado y siento que la gente lo entiende mucho mejor que algunos de los dirigentes que continúan haciendo propuestas demagógicas", dijo el Presidente.
Por Marcelo Pasetti
Twitter @marcelopasetti
Fotos Gustavo Carbajal y
Presidencia de la Nación
Horas antes de arribar a Mar del Plata, donde dejará inaugurada hoy la nueva planta de la empresa Havanna en el Parque Industrial para luego trasladarse a Chapadmalal donde participará de un “retiro” de trabajo junto a todo su gabinete, el presidente de la Nación, Mauricio Macri se mostró convencido “del rumbo que hemos tomado”, dijo que será muy importante ganar los comicios del año próximo “para fortalecer la idea del cambio”, calificó con un 8 su primer año de gestión y expresó su preocupación por el alto índice de desempleo de Mar del Plata que según el Indec es el más alto del país con el 12,1%.
En una entrevista concedida a un pequeño grupo de periodistas de diarios del interior, entre los que se encontraba LA CAPITAL, Macri sostuvo que la reforma electoral “es algo no negociable”, ya que “vamos rumbo a un sistema electoral que desea terminar con la trampa y el robo de votos”. En tanto, durante la reunión mantenida en su despacho de la Casa Rosada, resaltó el apoyo de la población que “sabe que el cambio es difícil y el camino es largo, y tiene esperanzas como nunca tuvo antes”.
“Yo gobierno especialmente para los que menos tienen, para el 32 por ciento que está en la pobreza, para aquellos que necesitan que el país vuelva a crecer”, puntualizó, sostuvo que la discusión del impuesto a las Ganancias “es para el 3 por ciento de la población que más gana en la Argentina” y criticó a los dirigentes que “continúan haciendo propuestas demagógicas que entorpecen el camino del crecimiento que estamos emprendiendo”.
Tras negar que vayan a producirse cambios en el Gabinete, el jefe de Estado, poco después de haber recibido al equipo argentino ganador de la Copa Davis, ante una consulta de LA CAPITAL admitió que la Argentina “tiene un altísimo déficit fiscal y la carga impositiva más alta de la región”, lo cual constituye “un impedimento enorme para poder generar más trabajo”.
El Presidente recordó que la Argentina “hace más de cinco años que no crece” y reconoció como una equivocación “no haber tomado dimensión del nivel de destrucción que se había concretado en el gobierno anterior. La Argentina -puntualizó- estaba quebrada, en default, sin energía y con deudas de todo tipo”.
El reclamo de Vidal
Insistió con que el objetivo es llevar la inflación a un dígito anual, admitió que “se pudo haber instrumentado mejor” el ajuste tarifario en los servicios y aseveró que el Gobierno está conformado por gente “de buena madera, honesta, con las mejores intenciones. Eso es lo que está en la cancha y eso es lo que no pasaba en la Argentina hace muchas décadas”.
El presidente coincidió con el reclamo de la gobernadora María Eugenia Vidal por la discriminación que vive la provincia respecto a los fondos de coparticipación y ante otra consulta de LA CAPITAL pidió que los argentinos “estemos tranquilos” en este diciembre. “Cada vez que tomamos atajos, cada vez que quisimos apelar a la cultura de la viveza criolla mal entendida, volvimos a la salida. Este camino que hemos emprendido es distinto. Es decirnos la verdad. Es que a todos nos vaya mejor porque nos esforzamos, no porque nadie nos regaló nada”, enfatizó Macri.
La charla, desarrollada en la tarde del martes en su despacho de la Casa de Gobierno, se desarrolló de la siguiente manera:
-La semana que pasó pareció haber quedado frenada la reforma electoral por lo menos hasta el año que viene y la lectura que se ha hecho es que el peronismo ha adoptado una actitud de más beligerancia con el gobierno. ¿Que evaluación haced usted de esta situación?
-Primero quiero decirles que la reforma es algo no negociable porque los argentinos hemos decidido mayoritariamente por otra forma de convivencia diciéndonos la verdad, respetándonos, dialogando y el sistema electoral que acarreamos de décadas expresa todo lo contrario. La buena noticia es que la reforma política va a salir porque 20 de 24 gobernadores están a favor. Acá valiéndose de una cuestión operativa, un senador cajoneó la reforma y no permitió la votación. Si hubiese ido a votación salía mayoritariamente.
-¿Cuál senador la cajoneó?
-El senador Fuentes (Marcelo, Frente para la Victoria) con el apoyo de cuatro gobernadores. Creo que vamos rumbo a un sistema electoral que desea terminar con la trampa y el robo de votos. Y lo hago desde el lugar que hoy, manejando el Estado nacional sería el más beneficiado. Pero creo que debo hacer este aporte a la mejora de la calidad de la convivencia. Puede estar parcialmente aplicada en 2017. Córdoba ya adhirió y otros más seguirán haciendo lo mismo.
-¿Y en la provincia de Buenos Aires?
-La gobernadora está estudiándolo.
-¿No podría haber sido un camino alternativo la boleta única papel como en Córdoba y en Santa Fe?
-Puede ser un camino alternativo. Intermedio. Puede ser. Porque ya es una mejora. No introduce la tecnología pero si un instrumento que evita el robo de boletas.
Chapadmalal y su equipo de gobierno
-Este jueves hay un encuentro en Chapadmalal con todo su gabinete. ¿Cuáles son las expectativas ante este retiro y cuál es el objetivo? ¿Qué se pretende con esta reunión?
-Primero yo siempre he creído en la cultura del equipo. Y para fortalecerla en mi actividad privada, en la ciudad de Buenos Aires, en Boca y ahora como Gobierno nacional he generado este tipo de espacios que, primero, fortalecen los vínculos. Es una convivencia intensa de casi dos días en donde cada uno expresa lo que vivió y cuáles son sus proyectos futuros y después hay un debate amplio. Esa es la temática. Y yo espero seguir fortaleciendo el equipo y acordar entre todos cuál será la agenda para 2017.
-Se ha dicho en estos días que usted ha hecho una evaluación área por área del rendimiento del gobierno, y que hay dependencias con las que no está del todo conforme. ¿Esto es así?
-No es así. Yo estoy contento en líneas generales con el crecimiento que ha tenido el equipo, con la curva de aprendizaje que han tenido los ministros. No he planteado ningún cambio trascendente.
-¿No necesita oxigenar, reforzar a su equipo?
-Todos los días se incorpora gente nueva, pero me siento conforme con lo que se ha logrado hasta el presente.
-¿Cómo tomó los dichos de Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados (quien pidió cambios en el Gabinete)?
-Como una opinión de él que yo no comparto.
-¿Pudo hablar con él?
-Sí. Nos reunimos todos los días en este mismo lugar. Peña, Quintana, Lopetegui, Frigerio, Monzó y Michetti, diariamente para coordinar la agenda. Si hay algo en este gobierno es la vocación por la coordinación y la resolución conjunta de los problemas.
-¿Pero no le sorprende que alguien del riñón diga que es momento de hacer cambios en el gabinete…?
-Siento que él expresa tal vez el microclima en el cual él vive que es la Cámara de Diputados, que es distinto al del Gobierno y distinto al de la gente. Acá en la Argentina lo bueno y lo mágico es que este cambio vino de abajo hacia arriba y la gente aún sabiendo que el cambio es difícil y el camino es largo, tiene esperanzas como nunca tuvo antes y le da un nivel de apoyo al Gobierno como a ningún otro gobierno en America Latina. Lo que hay que entender es eso. Que este es un cambio cultural, un cambio de época y en muchos espacios cuesta ser entendido en toda su dimensión.
-En el debate del impuesto a las Ganancias también se ha visualizado un recrudecimiento de la oposición… (interrumpe)
-Creo que se confunde intentar mantener una agenda mediática con gobernar un país con una reinserción en el mundo para volver a crecer, tener una justicia independiente, una libertad de expresión como la que hoy tenemos…Hay como una confusión en eso. Nosotros estamos hoy más que nunca convencidos del rumbo que hemos tomado y siento que la gente lo entiende mucho mejor que muchos de los dirigentes que continúan haciendo propuestas demagógicas, que entorpecerían el camino del crecimiento que estamos emprendiendo.
Déficit fiscal y Ganancias
-Con el tema de Ganancias, da la impresión de que algo que era una iniciativa, un éxito del Gobierno, terminó siendo capitalizado por la oposición…
-Primero, algo que abarca a solamente al 3 por ciento de la población no lo vivo como un éxito para el Gobierno. Yo gobierno especialmente para los que menos tienen, para el 32 por ciento que está en la pobreza, para aquellos que necesitan que el país vuelva a crecer. Y la discusión del impuesto a las Ganancias es para el 3 por ciento de la población que más gana en la Argentina.
-Pero fue un eje de la campaña electoral y usted prometió medidas distintas a las que esta impulsando ahora…
-Triplicamos el mínimo no imponible a principios del año. Fue un enorme esfuerzo de corregir algunos abusos que habían sido producto de la inflación, y ahora tenemos una propuesta que aun siendo para el 3 por ciento de la población genera una escala progresiva mucho más justa. Entendamos que el problema fundamental que enfrenta la Argentina en término de equilibrio como sociedad y su fortaleza es el enorme déficit fiscal que tenemos. Hay que bajarlo. La Argentina tiene un altísimo déficit fiscal y tiene la carga impositiva más alta de la región, y eso es un impedimento enorme para generar nuevos trabajos. Y es el trabajo el que nos va a sacar de la pobreza. Yo espero que a partir del año que viene nos sentemos alrededor de una mesa y en lugar de venir todos a pedir algo más, todos vengan a decir que menos vamos a hacer para lograr ese equilibrio. Con ese equilibrio no nos va a afectar lo que pase en el mundo, o al menos tanto. Hoy estamos expuestos a esa fragilidad que tenemos. Alguien alguna vez dijo y valoró los sueperávits gemelos. Después se lo olvidó.
-¿Esto es lo que esta trabando la llegada de inversiones a la Argentina?
-Las inversiones están llegando, pero sin dudas, si tuviésemos resuelto esto llegarían a muchísima más velocidad.
Calificando la gestión
-¿Presidente, qué puntaje le pone a su primer año de gestión?
-¿Cuánto vale haber evitado la quinta crisis terminal de los últimos 50 años? ¿Cuánto vale en esa calificación haber bajado la tensión en la Argentina? Hoy se convive, la gente está más tranquila, tenemos foros de todo tipo donde la gente va y se expresa. Escuchamos y dialogamos con todos. Ustedes se expresan con absoluta libertad. El mundo nos abrió las puertas. Nos visitan, nos invitan a participar. El mundo entero quiere que a la Argentina le vaya bien. Son muchas cosas. Yo me pondría en esta etapa una buena nota. Yo pondría un 8.
-De todos modos tiene que reconocer que en el tema de la economía todavía no aparecieron los brotes verdes anunciados.
-No, brotes verdes ha habido. Pero en promedio no terminan de poner en marcha el país como todos necesitamos, lo que si se va a lograr el año que viene. En Santa Fe, los brotes verdes explotan. No ha sido parejo. Hay áreas de la Argentina donde ya arrancó y otras áreas que no, y yo trabajo para que todas las áreas arranquen. Estamos todos preocupándonos para seguir generando condiciones para que las inversiones se multipliquen y la economía se ponga en marcha definitivamente. Recordemos que hace más de cinco años que la Argentina no crece.
-¿Usted está conforme con el desempeño de las autoridades del área económica?
-Sí, claro que sí. Hay que entender. Si hay algo en lo que nos equivocamos fue en no tomar la dimensión del nivel de destrucción que se había concretado en el gobierno anterior. La Argentina estaba quebrada, en default, sin energía, con deudas de todo tipo que nos dejaron en todas las áreas, y con la carga impositiva más grande de toda la historia. Con las obras públicas totalmente paradas. Poner en marcha todo eso, coincidentemente con una curva de aprendizaje de nuestros ministros, fue más difícil que lo que imaginamos.
-¿Cuál es entonces la crítica que considera más justa a su gobierno?
-La crítica es parte de la vida y de la convivencia y es parte del rol que deben cumplir ustedes. Pretender que haya críticas justas… Miren, eso lo aprendí en el fútbol. Cuando la pelota pegaba en el palo y se iba afuera estaba todo mal. Cuando pegaba en el palo e iba adentro éramos geniales. Ahí aprendí cómo era esto.
-¿Pero no reconoce nada que se haya hecho mal o que al menos se pueda corregir…?
-Siempre podemos mejorar. Si hay una curva de aprendizaje significa que podemos mejorar. Y estamos mejorando todos los días. ¿Por qué? Porque este gobierno está conformado con gente de buena madera, honesta, con las mejores intenciones. Eso es lo que esta en la cancha y eso es lo que no pasaba en la Argentina hace muchas décadas. Y además, es un Gobierno que intenta generar un espacio de convivencia y trabajo en equipo. Así como el ejemplo que nos dio el equipo de la Davis. Ese es el camino. El de la humildad, el esfuerzo y el trabajo en conjunto.
-¿Y desde lo personal, como sintió el año?
-Lo sentí en el cuerpo. Para mí también hubo una curva de aprendizaje. No es lo mismo ser empresario, no es lo mismo ser presidente de un club de fútbol por más que sea uno de los más populares del mundo, ni ser alcalde de una de las ciudades más importantes del mundo que ser presidente de la Nación. Hay una curva de aprendizaje. Tuve que asumir este nuevo rol, entenderlo, ingresar al mundo… La experiencia del G20, las bilaterales, las cumbres. Todas experiencias, pero la verdad es que hace como un mes, al menos en esta primera etapa, tomé dimensión de la tarea y me siento tranquilo y cada vez más convencido de que estamos en el camino correcto.
-Parece que le gustó porque ya piensa en otros cuatro años…
-No es que me gustó. Tengo sentido de la responsabilidad y sé que un cambio cultural como éste va a llevar mucho más que ocho años. No es un tema que me desvele. No se me ocurre siquiera pensar en la elección de 2017. Mis días se debaten en solucionar conflictos, solucionar trabas. Sobre todo eso. Remover trabas para que los argentinos se puedan desarrollar. La Argentina no va a salir adelante por la genialidad de su presidente o de su gobierno. La Argentina saldrá adelante por el crecimiento de cada argentino. Por el pequeño granito de arena que cada argentino va a poner. Ese es el crecimiento de un país. El país va a ser grande porque cada pyme se va a transformar en una mediana empresa, y la mediana empresa en grande. Y eso hace crecer a todos. Porque cada universidad va a mejorar en su excelencia, porque la educación pública va a mejorar cada día un poco. Es el desafío en el que estamos todos comprometidos. Este es el camino, salir de la informalidad, de la cosa frívola, superficial. Eso nos ha hecho mucho daño.
Las elecciones del año próximo
–¿No son cruciales las elecciones del año próximo para el Gobierno?
-Sí, claro que sí. Es muy importante que ganemos, no por una cuestión deportiva, sino porque va a hacer fortalecer la idea del cambio. Por más que evalúo como algo positivo este año de transición que ha sido duro para muchos argentinos, esto es recién el comienzo. El cambio cultural se tiene que profundizar, tiene que acelerar, y para eso necesitamos más apoyo de la gente para que aquellos que desde la prepotencia se resisten al cambio, aquellos que quieren conservar en forma mafiosa su espacio de poder, sepan que esto es una decisión que no es del gobierno sino de la mayoría de los argentinos que queremos progresar y entendemos que el progreso viene de que las cosas estén arriba de la mesa, desde el respeto y la verdad y no del esconder.
-La inflación y el ajuste tarifario provocaron un sinfín de quejas, de idas y vueltas. ¿No reconoce errores en estos temas?
-La inflación ha sido el mayor éxito que hemos tenido. Yo dije a principios de año que en el segundo semestre iba a bajar drásticamente la inflación y la mayoría de ustedes me decían “imposible, esto ya no para más…”. Y hoy estamos en un promedio de 1,5% mensual que todavía esta lejos de lo que queremos llegar, que tiene que ser un dígito anual. Pero ha sido un salto positivo. Y con las tarifas claramente, si pudimos haberlo instrumentado mejor. Pero también quiero destacar el enorme apoyo de la gente. Ustedes en el interior pagan una tarifa superior hace muchos años y acá el 83% de la gente en el área metropolitana pagó su boleta, aún costándole. Y desde la política se revirtió. La gente entiende que la energía no puede ser gratis. Sin energía un país no crece. No tenemos futuro. Y entre tantas cosas que el Gobierno anterior nos quitó en función de futuro, fue haber dilapidado las reservas energéticas de este país. Vamos a estar una década para volver a tener nuestra propia energía. Porque durante una década le hicimos creer a la gente que la energía no valía nada, y que había que regalarla. Entonces dejábamos las luces prendidas cuando nos íbamos, si teníamos calor en invierno abríamos la ventana en vez de bajar la calefacción, y esas son todas cosas que también hacen al cambio cultural. Y la austeridad tiene que ser un valor. Yo la predico desde hace muchos años con el ejemplo porque creo en el valor de la austeridad. Consumir más no nos acerca a la felicidad. Y ahí estoy alineado más que nunca con el Papa, en el sentido de que el dinero no es el camino de la felicidad.
-Se ha dicho que usted tiene cierta decepción con parte del empresariado argentino porque esperaba un mayor compromiso…
-Nada en Argentina es hoy susceptible de generalizaciones. Acá hay una camada de empresarios nuevos, jóvenes, empujando, empezando por los chacareros, los que están en la industria del software y los servicios con valor agregado, en el turismo, en las energías renovables, y también hay viejos entusiasmados con este cambio. Y están aquellos que son más conservadores. Hay de todo. En general yo diría que el empresariado mayoritariamente está acompañando como también los argentinos.
-Diciembre siempre es un mes caliente para la Argentina. ¿Cuál es su mensaje a la población en estos días?
-Que estemos tranquilos. Este cambio que hemos decidido, este cambio de época, nos ha generado un espacio de menor tensión, de capacidad de escucha, de mayor respeto y debemos tener unas fiestas en paz. Y que arranquemos después de comer y tomar de más, junto al afecto familiar, para empezar con fuerza el 2017 que insisto, va a continuar siendo un camino de esfuerzo personal. Es un camino largo. Cada vez que tomamos atajos, cada vez que quisimos apelar a la cultura de la viveza criolla mal entendida volvimos a la salida. Este camino que hemos emprendido es distinto. Es decirnos la verdad. Es que a todos nos vaya mejor porque nos esforzamos, no porque nadie nos regaló nada.